¿Por qué hacen tanto escándalo con la idea de mí subiéndome a un autobús?
“- ¡Tómenle una foto cuando se suba al camión!- gritaban mi amiga y su hermana al despedirnos en el hotel después de haber pasado una noche en Guanawashington para asistir a la fiesta de graduación de aquella.
Por alguna extraña razón, la gente que me rodea siempre se ha formado una idea un tanto errónea de mí con respecto a situaciones que podrían entrar en la clasificación de baños de pueblo. Es verdad, no frecuento lugares donde toquen música banda o norteña, evito la feria de la ciudad (pero derivado de mi aversión a las multitudes), evito comer en lugares visiblemente poco higiénicos, no como lengua, moronga, criadillas, nana, suadero, nenepíl, montalayo, birria, cabeza, cueritos, pata, hígado, corazón o cualquier otra víscera, pero de eso a que no me suba a un autobús, hay mucha diferencia.
Adquirimos los boletos para el camión de la 1:00 pm y compré un paquete de Donitas Bimbo azucaradas y un café americano, que significaron mi desayuno de ese día, y subimos al camión. De antemano era de nuestro conocimiento que el autobús paraba en el vecino municipio de Siladelphia, por lo que cuando llegamos a dicho lugar, la mitad de los pasajeros bajaron para volver a llenarse los asientos con igual número de ocupantes; así fue donde inició mi baño de pueblo.
Tomé una donita de mi mochila y observé como subían aproximadamente 20 siladelphianos, quienes no parecían tener nada en común entre ellos, hasta que subió el último de aquellos, un señor alto de más o menos sesenta años que portaba una gorra y una andadera y empezó a nombrar por sus apelativos a todos y cada uno de ellos, confirmando su posición en el camión: la güera, la chiquis, la hermanita de la chiquis, el pelón, etc, y justo vino a sentarse en el par de asientos a mi derecha.
Por si no fuera suficiente el que aquel señor hubiera poblado media de aquella ciudad, enseguida presencié un hecho que sí de verdad evidenció mi inexperiencia con respecto a viajes públicos terrestres, pues una vez que la mitad de los habitantes de aquella ciudad llenaron el camión, subió detrás de ellos un comerciante ambulante al grito de “pepinos, jícamas, pepinos con limón…” y por si mi incredulidad no hubiera sido ya bastante, inmediatamente después venía su homólogo en materia de “churros, calientitos, recién horneados…”, cuando dichos personajes alcanzaron la altura del pasillo donde nos encontrábamos el señor del andador y yo, aquel me hizo pensar en algunas hipótesis al saludar a ambos por su nombre y apodo, lo que se puede traducir en dos opciones: el señor además de todo conocía a la otra mitad de la población que no era pariente suya o viajaba en aquella ruta 3 veces al día por lo menos.
Así transcurrió el viaje hasta nuestro destino final, con mi compañera de asiento cabeceando a tal grado de que pensé que se iba a decapitar cuando pasáramos por un bache, y con el señor en cuestión conversando a distancia con todos sus prójimos; sin embargo minutos antes de que la unidad llegara a la central de autobuses, una de las nietas le habló y le dijo “abuelito, dice mi mamá que vayas preparando tu andadera…” a lo que él respondió “que vaya preparando ni que ocho cuartos, pos ni que fuera un bebé”.
Para todos aquellos críticos, viajé en camión y sobreviví.
Desde el Puente de Londres para el mundo
Kara
Este es un espacio para compartir con ustedes un poco de la aventura que significa vivir.
Entradas populares
-
Estoy pensando las palabras para tocar sus corazones… Para nadie es cómodo escuchar las desgarradoras h...
-
Según Jorge negrete algunos nacen con mala estrella; no creo sea mi caso y mucho menos de “Vane” una chica que al parecer ya vivió el Mejor ...
-
Nunca hemos sido amigas, pero hemos tenido que convivir juntas por ya mucho tiempo, y desgraciadamente, lo seguiremos haciendo. Las odi...
-
Dentro de la escuela en la que estudié por más de 15 años, había un lugar temido por muchos, aunque socorrido por otros como refugio tempora...
-
¿Por qué hacen tanto escándalo con la idea de mí subiéndome a un autobús? “- ¡Tómenle una foto cuando se suba al camión!- gritaban mi a...
-
Las luces de alrededor se apagaron y yo no podía creer que uno de mis más grandes ídolos musicales estuviera a punto de aparecer ante mis oj...
-
Ahora que he decidido exponer a la luz pública las humildes pero “séntidas” páginas de este mi querido blog, hemos de darle una introducción...
-
Licenciada Vázquez mota, cuánto me gustaría decirle de propia voz estas palabras, que aunque no cambien la situación actual electoral del pa...
-
Las tardes de la infancia de casi cualquier niño que haya nacido en los ochentas se pueden describir en 2 palabras: tele y tarea (nótese que...
-
Proveniente del Reino de Suecia... mi segunda compra por Internet había llegado al fin, después de 2 semanas de larga espera. Eso de co...
martes, 19 de enero de 2010
Suscribirse a:
Entradas (Atom)