Se clausuran los Juegos Olímpicos y la nostalgia llega. Desde 1988 que tuve conciencia sobre este evento, cada cuatro años me sumerjo en el, no solo por los deportes sino por las historias que hay detrás de cada atleta, las que hay sin duda detrás de cada ser sobre la Tierra.
Narraciones maravillosas como la de Cristina Millán y Jose Pablo Coello, quienes aunque en distintas televisoras, transmitían la misma intencidad con sus palabras. Y que decir de la frase de Fernando Palomo cuando Lupita González cruzaba en segundo lugar la meta de la Marcha de 20km al grito de "¡que nadie te diga que has perdido nada!", callando a todos esos mediocres que ven un segundo lugar como una derrota, cuando ellos ni si quiera se atreverían a intentarlo.
Ver al espíritu olímpico en su máxima expresión cuando dos corredoras que habían tropezado una con otra Se motivaron a seguir adelante terminando en último y penúltimo lugar de su heat de 5000m después de que la neozelandesa Nikki Hamblin motivó a la estadounidense D'Agostino a seguir adelante no obstante su rodilla herida, , cruzando la meta y celebrándolo con un abrazo que les valió clasificar a la final de su prueba por ese simple pero enorme gesto de hermandad, porque eso es el fundamento de los JJ.OO. La fiesta del planeta.
Saber que estos, después de 4, pudieron haber sido los últimos Juegos Olímpicos de la más grande atleta que ha dado este país, Paola Espinosa, quien luchó hasta la última gota por subirse al pódium, tras venir del último lugar, logrando un 4o lugar que supo a un oro porque nunca se dió por vencida.
Por todos esos nombres que hasta hace 3 semanas no teníamos idea de que se escribirían en las letras inmortales del deporte de México y el mundo, y los que sin duda conoceremos dentro de 4. Adiós Río 2016, hola Tokio 2020.
Olympic mode of...
Desde el Puente de Londres para el mundo.
Kara
