Estoy pensando las palabras para
tocar sus corazones…
Para nadie es cómodo escuchar las
desgarradoras historias que año tras año se nos han mostrado en televisión
nacional de personas, en su mayoría niños, con alguna discapacidad. ¿por qué
lucran con los niños?, ¿ por qué explotan a niños con discapacidad para obtener
recursos? ¿Por qué Carlos Slim y Azcárraga con todos sus millones no se
encargan de esos niños?, , son algunas de las preguntas que en distintas
palabras se han formulado a lo largo de casi 19 años desde que se creó el
evento del Teletón en México. Para mi la respuesta es solo una, porque de otra
manera nadie conocería la realidad que vivimos las personas con discapacidad en
este país.
Escuchar que alguien me diga
¿estás fingiendo? Solo porque en mi día a día profesional intento desenvolverme
como cualquier otra persona, no implica que esté fingiendo una discapacidad
visual. La realidad es que la gente, antes de 1997, consideraba a una persona
discapacitada como alguien que requería una silla de ruedas para desplazarse;
nada más alejado de eso. En mi caso, con una enfermedad degenerativa que va del
blanco de la visión considerada como normal, al negro de la ceguera, la mayoría
de las personas que me rodean, desconocían antes de conocerme, todas las
tonalidades de grises que hay en medio, así como millones de personas ahora, a
regañadientes, han conocido infinidad de discapacidades motrices o sensoriales,
que hasta ese año eran absolutamente desconocidas.
El gran pecado de esta noble
iniciativa es ser cobijada por el medio de comunicación más odiado e
intelectualmente criticado de México; pero ¿qué hubiera sido de esta causa si
no se hubiera difundido por la televisora más vista en nuestro país?, sin duda
hubiera pasado inadvertida y ustedes seguirían considerándome como la única
persona entre millones, que padecen una discapacidad.
Hoy, solo quiero apelar a su
comprensión; la Fundación Teletón pasa por uno de sus peores momentos
económicos. La dispersión de los consumidores de medios visuales que han optado
por sistemas de transmisión de paga, la amplia oferta de contenidos
audiovisuales en televisión satelital, la apatía que el sistema ha generado en
ustedes a causa de los tantos años de lágrimas de Lucerito pidiendo por sus
donativos, han conseguido que el bajo porcentaje de donadores anuales, decrezca
aún más; mientras que 22 Centros Teletón, y más institutos creados para atender
el autismo y el cáncer infantil están al borde de la clausura por la falta de
donativos de la población, aunado a que la situación de insostenibilidad
provocada por el incumplimiento de apoyo económico a raíz de los saqueos a las
arcas estatales de los gobiernos que se habían comprometido a mantener dichos
centros, los han dejado en el abandono.
Aún hoy después de 19 años, sigo
viendo como muchos de ustedes se estacionan en lugares exclusivos para
discapacitados, so pretexto de cuarenta mil excusas que no cumplen los
requisitos de su uso; las misceláneas llenando las banquetas de exhibidores que
ocupan tres cuartos de las banquetas; las redes sociales plagadas de memes e
imágenes que no se acompañan de una descripción visual aún cuando saben que en
su grupo de WhatsApp está una persona como yo que gustaría de reír de los
chistes visuales junto con ustedes; las políticas irrisorias de inclusión que
los gobiernos implementan a cualquier nivel únicamente para cumplir con un
requisito de moda, no son más que trampolines para seguir contribuyendo a
proyectos como el Teletón que den voz a más de 6,000,000 de personas que
padecemos alguna discapacidad en México.
¿Que nuestros donativos solo
pagan la publicidad que vuelve a los millonarios más millonarios? Si con
nuestros donativos solo estamos
publicitando a una parte de la población para ser atendida y incluida, entonces
yo seguiré aportando a su publicidad, para que la gente sepa qué es un bastón
blanco, para que la gente respete los lugares designados a personas con
discapacidad en cualquier espacio, para que seamos conscientes de que no todos
nacimos con 2 manos, 2 pies o 2 ojos, y que aún cuando hayamos nacido con
ellos, no siempre funcionan como se consideraría “normal”.
No puedo sino testificar que en
31 años de existencia he tenido la fortuna de solo cruzarme con personas
maravillosas, siendo la luz en mi camino, y a sabiendas de que si en ustedes
estuviera la posibilidad de mejorar mi situación, no dudarían en apoyarme, es
por eso que les ruego que si en sus posibilidades está el donar a esta causa
nacional ahora y todos los años venideros, la apoyen como si de mí se tratara,
ya que aunque actualmente no existe avance médico alguno que mejore mi
condición, si existe un medio que ha lo largo de todo este tiempo ha ayudado a
casi 96,000 niños a través del sistema CRIT, sé que no dudarán en hacerlo.
Reflexionemos respecto de la idea
de que ninguno de nosotros está exento de algún día requerir, directa o
indirectamente, de los servicios de una institución así; pues en tal caso, todos
desearíamos seguir contando con ella.
Desde el Puente de Londres para
el mundo.
KARA